top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black YouTube Icon
  • Black Instagram Icon
Buscar

Un catalán con el Cacique

Foto del escritor: Fredy Josué NiñoFredy Josué Niño

Actualizado: 28 nov 2021

La final de la Libertadores de 1973, tuvo un invitado de lujo: Sergio Catalán, el arriero chileno, convertido en héroe para el pueblo uruguayo.

Imagen de Sergio Catalán con Nando Parrado y Roberto Canessa, instantes después del milagroso rescate. Foto tomada de AFP

Con el desconcierto de quien no está acostumbrado a mayor protagonismo, Sergio Catalán caminó lentamente hacia el centro de la cancha del mítico Centenario de Montevideo. Cincuenta mil aficionados lo vitorearon aquella noche de 1973, minutos antes del partido decisivo que iba a definir al campeón de la Copa Libertadores de América.


Independiente y Colo Colo habían empatado a uno en Avellaneda y a cero goles en el Nacional de Santiago, la reglamentación había dispuesto que la capital uruguaya sería el escenario para la finalísima. Sergio Catalán Martínez, un humilde arriero chileno de San Fernando, localidad cercana a la cordillera de los Andes, jamás había jugado fútbol en su vida, pero su presencia aquella noche era clave para los dirigentes y seguidores del Cacique.

Formación de Colo Colo en Montevideo para el juego definitivo de la Libertadores del 73 ante Independiente. Arriba: Herrera, González, Páez, Galindo, Silva y Nef. Abajo: Osorio, Valdez, Ahumada, Messen y Véliz, El equipo dirigido por Luis Alamos contó esa noche con el “refuerzo” de Sergio Catalán. Foto tomada de Conmebol

Meses atrás, en octubre del 72, los jóvenes del equipo de rugby Old Christians de Uruguay, se desplazaban hacia Santiago de Chile para jugar un partido amistoso frente al Old Boys local; el mal tiempo había demandado que su vuelo, una pequeña nave de la Fuerza Aérea Uruguaya, hiciera una escala en Mendoza, Argentina.


A la mañana del 13 de octubre, un error de cálculo propició una aparatosa colisión de la nave en la cordillera de los Andes, el pequeño modelo Fairchild chocó con la roca, perdió sus alas y se fue deslizando sobre la nieve con 45 almas a bordo. Una vez se detuvo y en medio del pánico, los sobrevivientes de la delegación uruguaya salieron de lo que quedó del avión, dentro del cual ya se contaban algunas víctimas mortales.


Las autoridades, al verificar la desaparición de la nave, iniciaron una infructuosa búsqueda que se suspendió a la semana del siniestro. En medio de la zozobra y de las avalanchas que con el paso del tiempo cobraron más víctimas, algunos líderes del equipo decidieron emprender una riesgosa búsqueda de ayuda, eran los primeros días de diciembre y el cielo se había despejado.


Pasados diez días y luego de caminar unos sesenta kilómetros, Roberto Canessa y Nando Parrado, guiados por su instinto de supervivencia, divisaron un riachuelo y con él la esperanza en forma de jinete: al otro lado del cauce estaba Sergio Catalán. Aferrándose a vivir Nando y Canessa le hicieron llegar a Sergio una nota enrollada en una piedra en la que se describía su tragedia:


Vengo de un avión que cayó en las montañas, soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan catorce personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?

El drama llegaba a su fin, desde el helicóptero de la Fuerza Aérea Chilena, con Nando Parrado y Canessa a bordo, se captó esta imagen del grupo de sobrevivientes. Foto tomada de AFP

Con una seña, el humilde arriero les comunicó que había entendido el mensaje y emprendió una cabalgata de 140 kilómetros hasta entregar la nota a las autoridades chilenas en el retén puente negro. En cuestión de horas dos helicópteros de la Fuerza Aérea Chilena adelantaron el rescate y con ello el final feliz de una historia que inspiró libros y unas cuantas películas.


Por haberse convertido en el “ángel” que salvó la vida de 16 uruguayos, los dirigentes de Colo Colo lograron que la presencia de Sergio Catalán en la final de la Libertadores del 73 inclinara a la hinchada local a su favor. Sin embargo y luego de un durísimo partido que se prolongó hasta el minuto 120, la Libertadores se definió con un dos a uno en favor de los rojos de Avellaneda. Seguía el estigma para los clubes del Pacífico: La Copa se mira, pero no se toca.


Si bien la presencia de Sergio Catalán, no fue suficiente para la consagración de El Cacique, su acción, meses atrás, lo había inmortalizado como el máximo héroe de la historia que con el paso del tiempo se conoce como el milagro de los Andes.

Alguna vez, don Sergio llegó a decir:


“Encontré a los dos uruguayos, les ayudé, pero pensé que al día siguiente se olvidarían”


Cuan equivocado estaba, la gratitud de los sobrevivientes del Old Christians y de sus familias, con quienes compartió reuniones y fechas especiales el resto de su vida, fue eterna.

Años después en uno de esos emocionantes reencuentros, Sergio Catalán y Roberto Canessa. Foto tomada de AFP

A su muerte el 20 de febrero de 2020 el mensaje dedicado a su memoria no podía haber sido más sentido:


“Don Sergio Catalán, siempre serás recordado como la persona que con solidaridad y determinación cambió nuestra historia. En nombre de todas las generaciones de Old Christians enviamos un afectuoso saludo a la familia de este gran hombre”.


Que hermoso es el fútbol cuando se convierte en el mejor pretexto para enaltecer hechos y personas ajenas a él; que hermoso es el fútbol cuando, felizmente, se toma esas licencias y nos transmite que aún es posible creer en la solidaridad, en la ayuda desinteresada, en la amistad y en la humanidad, principios y valores de este humilde arriero que se convirtió en héroe… Don Sergio Catalán.

Entradas recientes

Ver todo
Antolínez

Antolínez

Comments


bottom of page