Un ídolo motilón se convirtió en el primer arquero goleador del fútbol profesional colombiano.
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El gran José Rosendo Toledo, cerrojo del Deportivo Cali, luce impotente, la pelota impulsada por Alejandro Sinisterra va camino a la red para que la “furia rojinegra” celebre una vez más en su fortín: el General Santander. El arquero motilón seguía haciendo historia en aquel 1967. (Foto: Historia del Fútbol Profesional Colombiano de Don Guillermo Ruíz).
Corría junio de 1967, la multitud desalojaba lenta y rabiosamente las gradas del General Santander. El Cúcuta Deportivo había dejado escapar un valioso punto frente al Quindío. El resultado estaba dentro de la lógica o dinámica del juego, sin embargo, lo que mortificaba a la hinchada motilona era haber presenciado como el guardameta rival, Carlos Medrano, empezaba a construir su imagen de anti penal.
Durante el partido, en medio de un calor sofocante, el goleador Walter Sosa había fallado desde el punto blanco. Minutos después, con el marcador dos a uno, el árbitro sancionó un nuevo penal a favor del local. Alfonso el Petizo Núñez ejecutó con potencia, pero Medrano atajó el remate y de paso inició un contra golpe que terminó con el doloroso empate a dos.
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El “mítico” arquero Carlos Medrano, primer argentino en atajar en el Barcelona de España, defendió el arco del Quindío equipo con el cual forjó su sello de “antipenal” El duelo Sinisterra – Medrano nunca se pudo vivir en el torneo colombiano, al margen de los enfrentamientos que sostuvieron motilones y cafeteros en esa recordada temporada de 1967. (Fotos de FC Barcelona y de Caracol Radio).
Quince días después la furia motilona, con casa llena, recibía al Deportivo Pereira. Promediando las acciones, una falta en el área se sancionó como penal a favor de los dueños de casa. Sin dudarlo, Alejandro Sinisterra, el caleño y moreno arquero rojinegro, abandonó su portería y tomó la pelota. Instantes después, de certero remate, venció la resistencia del paraguayo Víctor González. Al final fue victoria tres a dos y esa tarde la fervorosa hinchada cucuteña salió feliz, presurosa y con ganas de celebrar.
Las ironías de la vida, ocho años atrás, en 1959, Sinisterra ya había hecho su primer gol de penal y se lo había convertido al Cúcuta, en ese entonces defendía los colores del clásico rival: el Atlético Bucaramanga. Pero fue con ese gol de penal al Pereira que el Negro se puso primero en la fila de cobradores, lo cual no le era para nada desconocido, sus comienzos en la escuela Carlos Sarmiento Lora habían sido de delantero, sin embargo, cuando llegó al Cali sus ganas de jugar y la abundancia de goleadores lo motivaron a defender los tres palos.
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Algunas de las selectas “víctimas” de Sinisterra, de izquierda a derecha: Víctor González, paraguayo, Isidro Olmos, argentino y tres grandes goleros colombianos: Senén Mosquera, Jaime De Luque y Luis Largacha, este último por partida doble. (Imágenes de la Historia del Fútbol Profesional Colombiano de Don Guillermo Ruíz).
La seguridad que brindaba Sinisterra en el arco también la demostraba al momento de ejecutar penales; fue verdugo de una lista notable de colegas: Manolín Pacheco, Isidro Olmos, Jaime De Luque, José Rosendo Toledo, Heriberto Solís, Senén Mosquera, Ramón García, Luis Tremontti y Luis Largacha, este último en dos oportunidades, lucieron impotentes para detener su racha goleadora, la cual terminó al cierre de la temporada del 68 frente al Junior.
Germán Burrito González, tal vez la máxima gloria del fútbol cucuteño, explicó que Sinisterra, al momento de ejecutar los penales, se mordía la lengua y se concentraba en analizar las reacciones de los arqueros rivales. Agregó que una vez frente al Quindío, Sinisterra había vencido al anti penal Medrano, de este episodio no hay registro oficial pero sí la versión mítica que se fue convirtiendo en leyenda.
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Una formación del Motilón de 1966. Arriba de izquierda a derecha, Alejandro Sinisterra, Juan Díaz, Ómar Ayala, Jaime Ilidge, Víctor Pignarelli, Cleto Castillo. Hincados, y en el mismo orden, Gilberto Ramírez, Walter Sosa, Ruiz, Julio Brucesi y Elias Rincón. Una durísima versión de la escuadra “rojinegra”, que en esa época hacia respetar su casa. (Foto elpais.com.co )
Manuel Ovejero, arquero del Santa fe y Adrián Santacruz, golero del América detuvieron los últimos penales que el Negro ejecutó en la liga profesional de Colombia, al margen de esto, Sinisterra vivió sus mejores momentos con la divisa cucuteña a la que perteneció desde 1960 hasta 1976 y con la que se ganó el cariño de una ciudad que lo acogió hasta su partida en 2014.
Su marca de doce anotaciones lo ubican como el segundo arquero goleador del torneo colombiano, pero en la memoria y el corazón de la ruidosa hinchada del motilón siempre estará como el número uno, vestido de negro, con el gesto adusto y el estilo que lo convirtió en el más querido guardián del arco del Doblemente Glorioso, el equipo de la noble, leal y valerosa capital de la frontera.
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