Josef Bican fue el gran goleador en tiempos de guerra, algunos registros lo ubican por encima de Pelé mientras que su marca de goles constituyó un reto para Cristiano Ronaldo.
Fue internacional para Austria y Checoslovaquia e inmortal para el Slavia Praga.
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Josef Bican, siempre rematando hacia la red. Aquí con su “segunda piel”, la camiseta del Slavia Praga. - Imagen tomada de AS.
La hermosa ciudad de Praga es la capital de Bohemia, un territorio que a finales del Siglo XIX pasó a ser austriaco y como tal, parte del imperio austro húngaro. Sus fronteras fueron delineadas literalmente por mil batallas que pasan desde el Sacro Imperio Romano Germánico hasta las guerras napoleónicas.
La pobreza y la búsqueda de oportunidades motivaron a centenares de familias a abandonar la ciudad dorada y asentarse en los distritos obreros de Viena, facilitando con ello no solo el crecimiento de las ladrilleras sino del fútbol, juego siempre popular que pasó a ser la mejor diversión para la creciente población de inmigrantes.
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Mathias Sindelar, el “Mozart del Fútbol”, mostrando su plasticidad. La gran figura del fútbol austriaco integró con Bican el equipo nacional que luchó contra todo en la Copa Mundo de Italia 34 – Imagen tomada de El Espectador.
En 1913 Europa era un polvorín, la sed de poder y la ambición desmesurada de sus gobernantes estaban preparando el camino para la gran guerra; fue en ese año que, cual profecía señalada por alguna estrella, Josef Bican llegó al mundo como un elegido que convertiría su vida en leyenda.
Los pies descalzos de Pepi, como lo llamaron desde niño, remataban con potencia y precisión aquellos balones oscuros y pesados de la época; Bican quería seguir los pasos de su padre quien oriundo de Bohemia ya había figurado en el naciente fútbol vienés.
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Josef Bican y Mathias Sindelar, juntos, vistiendo la camiseta del “Wunderteam” de Austria 34. Imagen tomada de Alamy
Al terminar la guerra Austria se convierte en nación, su fútbol empieza a crecer, las hazañas de Matthias Sindelar, el Mozart del fútbol, entusiasmaban a la afición, mientras el joven Bican se abría campo en el fútbol amateur con un poder goleador demoledor.
Con solo diecisiete años llega su oportunidad vistiendo la camiseta del Rapid, al frente: el Austria Viena de Sindelar. El joven Pepi anota cuatro goles para un 5 a 3 memorable, corría 1931 y empezaba el mito.
Bican sigue rompiendo redes y junto con Sindelar lideran la ilusión de Austria en el mundial del 34. Sin embargo, la Squadra de Mussolini los elimina en una discutida semifinal que se definió por la mínima diferencia.
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Bican, sonriente con su aliada: la pelota. Imagen tomada de Goal.com
Al ser Checoslovaquia de nuevo una nación soberana, vistió sus colores y anotó quince goles en quince partidos, aunque no pudo lograr su desquite mundialista en 1938. Algún trámite burocrático no permitió que Pepi defendiera la camiseta de la patria paterna, ya que se había negado a integrar el equipo gran alemán, Austria ya era territorio nazi y en el mundo, de nuevo, soplaban vientos de guerra.
Desde 1936 el destino lo había regresado a sus raíces: Bican fichó con el Slavia Praga, la estrella que anunció su nacimiento, ahora la lucía en su pecho. Fue el inicio de un ciclo dorado que se extendió hasta 1949 cuando el régimen comunista calificó al Slavia de burgués y con ello cerró una era en la que Pepi logró seis títulos de liga y el impresionante registro de ¡498 goles en 256 partidos!
Bican siguió sumando anotaciones con el Vitkovice de la segunda división, el Skoda Hradec y el Dynamo de Praga hasta 1955. Los estadígrafos lo ubican como el máximo artillero de la historia del fútbol en partidos oficiales con 805 goles en 530 partidos, dicen que contando los amistosos sus anotaciones suman 1.468. Por su parte, la Federación de Historia y Estadística de la FIFA le otorgó el título de máximo goleador en los torneos europeos de primera división con 518 goles.
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La memoria de Josef Bican sigue siendo honrada en el cementerio de Vyserhad. – Imagen tomada de Alamy.
Pepi falleció octogenario, no sin asegurar que en sus cuentas sumaba más de cinco mil goles y que Pelé la tuvo más fácil que él ya que nunca tuvo que jugar en medio de la guerra.
En el cementerio de Vyserhad, en la capital checa, un busto del goleador atrae a miles de visitantes quienes con ofrendas florales le rinden tributo al gran Josef Bican, Pepi, la inolvidable estrella de Praga.
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