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Fútbol…¡A la carga!

Foto del escritor: Nacho MirandaNacho Miranda

Actualizado: 19 abr 2022

Los dramáticos momentos

del 9 de abril de 1948

cargados de muerte y desolación,

servirían paradójicamente

para el nacimiento del fútbol

profesional en Colombia.

Foto tomada de Twitter historia de Colombia



Doce años antes el Negro había pensado rápidamente, un estadio debería estar a disposición de toda la población, no solamente para la élite. El deporte venía tomando fuerza en Colombia desde las primeras Olimpiadas Nacionales de Cali, y en 1936 el entonces Alcalde de Bogotá ya veía en el fútbol un asunto de interés general, masivo…un deporte que, aunque de origen de clases altas, había encontrado en el pueblo a sus más fervorosos seguidores.


La capital había pasado en menos de 30 años a triplicar su población, cerca de 350 mil habitantes hacían parte de la ciudad epicentro del pujante país cafetero. Se necesitaban escenarios nuevos y grandes para la práctica deportiva. Jorge Eliecer encontró el terreno abonado gracias a una ley del Concejo de Bogotá de 1934 donde se aprobaba el estudio para la construcción de un Estadio Nacional. Ya con recursos disponibles, el presidente López Pumarejo propuso que la obra debería llevarse a cabo bajo la égida de la academia, a lo cual Gaitán se opuso por considerar que la Universidad consideraría el estadio como propio y no para el conjunto de población capitalina.


Fue así como el fútbol en Bogotá encontró un socio ideal e inesperado, don Luis Camacho, Concejal aliado de la causa de Gaitán le cedió a la ciudad 43 fanegadas independientes de los terrenos universitarios, en gratitud el estadio llevaría el nombre de su padre, Nemesio Camacho y sería recordado con el nombre de El Campín, por ser los terrenos donde los bogotanos de la época hacían “camping”.

Foto tomada de Scoopnest


Su inauguración se da con motivo de los primeros Juegos Bolivarianos y el cuarto centenario de fundación de la capital, una derrota uno a dos de Colombia frente a Ecuador el 10 de agosto de 1938 marca el inicio de actividades de la obra que, pese a ya no tener a Gaitán como burgomaestre, representa el despegue del fútbol moderno en Colombia.

Foto LUNGA tomada de Revista Arcadia


Jorge Eliecer Gaitán el caudillo del pueblo, además de El Campín, dejaría para la Bogotá de la época la construcción de diversos escenarios deportivos para los más necesitados: un gimnasio popular en San Cristobal, canchas de fútbol, tenis y basquetbol. Nacido de las entrañas mismas de la capital, en el barrio Las Cruces, el Negro como cariñosamente le decían sus amigos y como despectivamente lo calificaban sus detractores, hizo su carrera política de la mano de los suyos, “yo no soy un hombre, soy un pueblo”, diría Gaitán en uno de sus muchos discursos aclamados. A través de sus múltiples cargos públicos: Ministro de educación, Ministro de trabajo, Alcalde de Bogotá, Congresista, Presidente de la Cámara de Representantes de Colombia…la otra Colombia se sintió representada. Su carisma movió los cimientos de todo un país, atacando directamente a las oligarquías representadas en el partido conservador.

Foto LUNGA tomada de Revista Arcadia


Aquel mediodía del 9 de abril de 1948 Bogotá respira su característico aire pesado, su eterno cielo plomizo acompaña montones de gentes que hormiguean las calles atestadas del comercio propio del centro de la ciudad. Los paraguas están listos mientras los abrigos, gabardinas y sombreros se ajustan con los ventarrones que bajan ariscos de los cerros tutelares. Las tripas resuenan entre los cachacos que presurosos buscan almuerzo. La atmosfera de la capital colombiana tiene un ingrediente adicional por esos días, recibe la IX Conferencia Panamericana con 21 países a bordo. Bogotá era la ciudad latinoamericana más receptiva a los mandatos de Estados Unidos, que bajo el gobierno Truman buscaba que todos las naciones presentes firmaran un pacto contra la URSS y el comunismo.


El escenario estaba listo, todo fríamente calculado. Se abre el telón y tres disparos certeros a la humanidad de Jorge Eliecer Gaitán dan comienzo a la función. La sangre y el licor corren sin parar por las empinadas calles de La Candelaria, el fuego prende por igual tranvías, manzanas completas de casas y edificios estatales, la muchedumbre enardecida clama venganza, el pueblo que ha vitoreado a su caudillo y que lo veía en la puerta del Palacio San Carlos como Presidente…ahora lo llora, las noticias vuelan, sobre las tres de la tarde se confirma la muerte de Gaitán.


Jamás nada fue lo mismo, la violencia se volvió cotidiana, por cuenta de la política se mataba porque sí o porque no, en Bogotá la vida cambió, donde antes había casas coloniales y republicanas ahora asoman escombros que no valen nada, los mismos que serán edificios en corto tiempo valiendo oro. Tranvía eléctrico por buses de gasolina…el Presidente Ospina y su nuevo Alcalde Mazuera, mágicamente se convertirán en los principales urbanizadores de la ciudad.


Y el fútbol que hasta ese momento había tenido un carácter aficionado con no mucho que mostrar a nivel internacional, recibe un llamado urgente para formalizar un campeonato profesional. Pan y circo ordenan desde arriba. Ya era la tercera diversión de los colombianos a mediados de los 40s después del cine y el teatro, así que el fútbol toma importancia casi inmediatamente después del asesinato de Gaitán. Se juega un clásico Millonarios Santa Fe el 16 de abril en honor al ejercito por su “labor patriótica” los días anteriores. El 18 de abril se inaugura el campeonato de fútbol de la Federación del Atlántico con 53 equipos sin importar las cenizas sobre las cuales caminaban los aficionados. En el resto del país se jugaron clásicos regionales el 25 de abril para “distraer” al pueblo.

Foto tomada de El Tiempo


Es en ese momento que el gobierno encuentra su mejor aliado, Alfonso Senior, presidente y fundador de Millonarios de origen costeño lidera la organización del naciente fútbol colombiano. El 27 de junio diez equipos se ponen de acuerdo, o reciben la orden, de iniciar cuanto antes el primer campeonato profesional, siendo escogida la fecha del 7 de agosto (batalla del Puente de Boyacá) como homenaje patrio por los difíciles momentos que atravesaba el país. Pero sería finalmente el 15 de agosto de 1948 la fecha del pitazo inicial. Uruguay en 1900, Brasil en 1902 con el Campeonato Paulista y Argentina en 1931, demuestran la demora para que rodara la pelota en Colombia.

A las 11 de la mañana Atlético Municipal (posteriormente Atlético Nacional) contra Universidad Nacional lo dan por iniciado en un hipódromo, sí, en un hipódromo, y a las 11 de la mañana porque en la tarde había carreras. Eran órdenes y había que cumplirlas. Dos a cero ganan los de Municipal siendo Rafael Serna, tío del “Chicho” Serna el autor del primer gol de un torneo profesional.

Equipo Santa Fé; primer campeón de Colombia, Foto tomada de El Tiempo


Alfonso Senior, el personaje más importante en la historia del fútbol cafetero, traería a partir de 1949 los mejores futbolistas que pudiera encontrar, como la pléyade de astros argentinos que se encontraban en huelga en el pías del sur, dando inicio al Futbol de El Dorado. El mismo Alfonso Senior diría muchos años después una frase que tal vez resuma como ninguna otra, lo que significó el fútbol en esos meses aciagos posteriores a la muerte del Caudillo del Pueblo: “el fútbol traduce la necesidad biológica de excitación, de pasión, de extroversión de las personas y ayuda a descargar esa caldera social en la cual se cocinan explosivos ingredientes que forman parte de los disturbios populares



Agradecimientos: Hugo Martínez fase de investigación.

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