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Ernesto Grillo en acción.
Foto: Diario Democracia
Hace poco me detuve a leer un artículo sobre el gol imposible, una anotación que dio pie para que se celebrara en el país del tango el Día del Futbolista Argentino. Lo primero que se me vino a la memoria fue ese gol de Maradona en el mundial de México 86, pero no el que, según Diego, Dios le ayudó con la mano, sino esa maravillosa anotación que le hizo a los ingleses arrancando desde su propio campo y, con la magia de su zurda, eludir a cuanto rival se le atravesó hasta llegar a convertir el mejor gol de la historia.
El gol imposible fue 33 años antes, el 14 de mayo. Ese día se enfrentaron las selecciones de Argentina e Inglaterra en un partido amistoso con un estadio de Núñez colmado de espectadores. El equipo británico se iría adelante en el marcador con un gol de Tommy Taylor, después llegaría el empate con la anotación de Ernesto Grillo.
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Dicen, la prensa y los hinchas que estuvieron en el encuentro, que fue un gol magistral, imposible; un disparo desde un ángulo difícil. Grillo recibe un pase de Lacasia, casi al borde del área grande elude a tres defensas ingleses y enfila hacia el área chica, ya sobre el final del terreno de juego, allí, cuando tenía el palo derecho cubierto por el portero, aprovecha que este se lanza anticipadamente y logra empalmar un fuerte disparo que pasa sobre la cabeza de un jugador inglés y se ubica en el ángulo del palo opuesto, nadie lo creía, acababa de nacer el gol imposible. Diría después Ernesto Grillo con su acento porteño: “¿Qué si tiré al arco?... Mire, si usted quiere ganar la lotería, tiene que comprar un billete”.
El partido terminaría con victoria argentina por marcador de tres a uno, era la primera vez que la Albiceleste derrotaba a la poderosa selección inglesa, a los inventores del fútbol. Los argentinos tuvieron en su formación a la totalidad de la delantera de Independiente: Rodolfo Micheli, Carlos Cecconato, José Lacasia, Osvaldo Cruz y Ernesto Grillo, el director técnico fue Guillermo Stábile.
Grillo se había formado en River, en tiempos de la famosa máquina; luego sería transferido a Independiente donde conformaría, a inicios de la década del cincuenta, una de las delanteras más brillantes de la época; fueron toda una leyenda pero nunca lograron ser campeones. En 1957 se iría para el Milán donde se enfrentaría al poderoso Real Madrid de Di Stéfano y Puskás, en la final de la Copa Europea de Campeones. Perdieron tres a dos en tiempo suplementario. Terminaría jugando en Boca a inicios de la década del sesenta siendo campeón en 1962, 1964 y 1965.
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Pelé y Ernesto Grillo en La Bombonera, 1963.
Foto: Twitter Antonio Ubilla
El gobierno argentino reglamentó en 2018 que el 14 de mayo se celebraría el Día del Futbolista Argentino y estableció que el fútbol es un deporte popular. Se escogió esta fecha en honor al famoso gol de Grillo. Tal vez si lo comparamos con muchos de los goles que se han convertido en la historia pasaría como uno más, si, bonito, pero no con el calificativo de imposible; más imposible pudo ser el de Maradona cuando enfrente del arquero Shilton saltó y de un aparente cabezazo lo anticipa para anotar el gol de la mano de Dios, imposible que nadie la viera.
En agosto de 2020, Futbolistas Agremiados presentó solicitud para cambiar la fecha y reconocer el gol del siglo, ahora sí el de Maradona, el del barrilete cósmico.
La AFA aprobó la petición y a partir del 2021 el día del futbolista argentino es el 22 de junio.
Por eso el fútbol es tan apasionante, es el deporte que exalta un gol a lo más alto, le da el mejor de los calificativos, hasta puede llevar a crear un día especial en honor a la emoción que despertó en los millones de fanáticos, aquellos que sintieron ese palpitar de ver como el balón infla la red contraria y explota con el más fuerte de los gritos: goooooool.
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