Un joven barranquillero desembarcó de Inglaterra para darle los primeros toques al fútbol organizado en Colombia. Aquí la historia junto a unas cuantas imágenes icónicas del fútbol de Barranquilla.
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El recién implementado tren en Puerto Colombia, imagen tomada de The Trams of Barranquilla, del investigador norteamericano Allen Morrison. La mano de obra de los ingleses llegó acompañada de una pelota de fútbol. A la derecha una fotografía del barranquillerísimo Arturo de Castro quien arribó de Inglaterra con el primer reglamento de fútbol del cual se tuvo noticia en Colombia – Imagen de Historia del Fútbol Profesional Colombiano (Guillermo Ruíz).
A partir de la segunda mitad del siglo XIX Colombia ya le daba a conocer al mundo el sabor y aroma de su café; a “lomo de mula” las cargas del grano atravesaban infinitos caminos de herradura hasta llegar a los puertos más importantes de cada costa: Buenaventura en el Pacífico y Barranquilla al norte, en la región caribe.
Era necesaria la implementación de un sistema de transporte mucho más eficiente y que marcara el desarrollo de una nación en la que primaba la ruralidad; en el entonces departamento de Panamá se empezaron a construir las primeras líneas férreas del país y fue justamente en desarrollo de una de estas obras que el fútbol apareció para quedarse por siempre.
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Una imagen del entonces Juventud Junior de 1929. El equipo más popular de la región Caribe de Colombia dio sus primeros pasos en 1924 de la mano de Micaela Lavalle en la calle 30 con carrera 29 de Barranquilla. – Foto Guillermo Ruiz
Un numeroso grupo de trabajadores ingleses fue contratado por The Colombia Railways Company, para laborar junto con personal nativo en la línea férrea de Barranquilla a Puerto Colombia. Con el ánimo de hacer deporte y de aprovechar sus ratos libres, los británicos gestaron la idea de organizar juegos de fútbol liderados por Heindrich Hutton.
Dentro del grupo pionero estuvieron Joseph Karl, James Smith y John Chegwin, distinguido residente en Barranquilla; para completar los equipos se sumaron algunos jóvenes barranquilleros trabajadores de la empresa, dentro de los que se destacaron el arquero Macabeo Flórez, su hermano Vicente, Juan de Salas, Luis Guzmán, Ñato Borrero y Patacoja Stefens.
La historia señala que el 6 de agosto de 1904 dos equipos, debidamente uniformados, se presentaron a jugar el primer partido de fútbol. Uno de los oncenos vestía una camiseta a rayas verticales blancas y rojas y una pantaloneta azul, el equipo rival se presentó con una casaca blanca y pantaloneta roja, previamente habían acordado vestir con los colores de la Gran Bretaña.
Hacia 1908 el joven barranquillero Arturo de Castro regresó de Inglaterra en donde adelantó sus estudios universitarios. Su padre, primer gobernador del Atlántico y héroe de la guerra de los Mil días promovió su salida del país para protegerlo del conflicto.
Aparte de su título universitario Arturo trajo entre otras novedades dos balones de fútbol, 22 uniformes y hasta un silbato para el árbitro. Su entusiasmo para promover el deporte se facilitó gracias a que en los parques, potreros y calles de la ciudad, era común ver a grupos de muchachos divirtiéndose con una pelota en los pies.
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Los cracks barranquilleros con cuyos nombres se bautizaron los dos estadios de fútbol de la ciudad. Romelio Martínez, fallecido en un accidente aéreo (Imagen de Opinión Caribe ) y Roberto “Flaco” Meléndez, quien mostró su categoría en el exterior (Imagen de El Heraldo).
Aprovechando sus contactos, hizo construir en el barrio La Esmeralda una cancha con las medidas reglamentarias: 90 metros de largo por 45 de ancho, escenario en donde el 6 de marzo de 1908 se jugó el primer partido de fútbol debidamente organizado en Colombia; los jóvenes que dieron origen al Barranquilla F.C. se dividieron en el equipo Blanco integrado entre otros por Rodríguez, Fuenmayor, Noguera, Fortich y Brokate, frente al onceno Azul con De la Rosa, Dugand, Cortizzos y el propio Arturo de Castro, la pelota se movió a las 4:30 p.m. bajo las órdenes del referee Oswaldo Noguera.
A esta versión de Barranquilla como cuna del fútbol en Colombia se oponen la teoría samaria con los marineros ingleses en buques de la United Fruit Company, la teoría pastusa con el inglés Leslie Spain como protagonista y ni hablar del partido organizado por el Coronel Henry Rown Lemly en la Escuela Militar de Cadetes en Bogotá 1892, debates apenas normales en un país cuya historia está llena de conflictos.
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Dos grandes momentos en la historia del fútbol de Barranquilla. A la izquierda la multitud que ya hacía ver insuficiente al “Romelio Martínez”, aquella tarde del primer título del Junior en 1977, a la derecha la fanaticada que se dio cita para el juego inaugural del “Roberto Meléndez”, fue Junior – Uruguay en 1986 (Imágenes de El Heraldo).
A finales del siglo XVIII un criollo de familia influyente, Antonio Nariño, tradujo del francés la Declaración de los Derechos del Hombre, documento poco menos que incendiario para la Corona española, cuya difusión alborotó la revolución granadina y las ansias de libertad en las colonias. Por este hecho a Nariño se le llamó el Precursor de la independencia.
Pues bien, el joven Arturo de Castro a su regreso al país en aquel lejano 1908 había traído consigo un original del reglamento de fútbol, editado por la Football Asociation, su traducción y difusión le reservaron en la historia el sitial indiscutible del Precursor criollo de esta pasión que rueda en forma de pelota.
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